CHICO BUARQUE
Francisco Buarque de Hollanda, más conocido como Chico Buarque en el mundo del espectáculo brasileño es un poeta de gran envergadura que ha trascendido las fronteras de su país para convertirse en el referente obligado de todo aquel que se precie de conocedor de la música popular brasileña. Hijo del historiador Sergio Buarque de Hollanda, Chico nació un 19 de junio de 1944, (geminiano). Su infancia transcurrió entre Brasil e Italia. Apasionado por el fútbol desde pequeño, el joven Francisco vio truncado desde muy joven aquel deseo de convertirse en un crack del balompié, quizás por esta razón, este muchacho de ojos verdes quedó fulminado por la novedosa música que por la década de los cincuenta se tornara tan popular en su país. Fue así que ante el lanzamiento del disco de João Gilberto “Chega de Saudade” sintiera ese inefable deseo de querer componer como Vinicius de Moraes, crear música como Tom Jobim y cantar con el especial registro de João Gilberto. Como todo referente, Chico escuchó incesantemente los temas que interpretaba este bahiano y como señala el mismo Chico en una de las contracaras de sus discos “El samba llega por caminos extraños…” y aquello fue lo que llevó a interesarse profundamente por la música de su tierra. Imitador de Jacques Brel, en su primera juventud, apasionado por la cotidianeidad de las letras del compositor y cronista de una época: Noel Rosa, con quien podemos encontrar innumerables nexos y guiños en aquel aspecto social, por medio del cual Chico ha sabido denunciar la pobreza y las carencias que durante años han sumido a aquel Brasil colonialista que cada día se revela en una lucha inagotable por lograr su identidad y de la cual este compositor es un engranaje de aquel motor que nutre la cultura de su país.
Es a partir de la década del sesenta cuando Chico comienza a componer. Involucrado al ambiente de la MPB, desde su juventud se integra a la joven intelectualidad paulista incorporándose como estudiante en la facultad de arquitectura. Desde ahí comienza a participar en eventos y rápidamente se transforma en un suceso en el país entero.
Este hijo ilustre de la ciudad de Curitiba, apasiona al Brasil entero con su composición “A Banda”(1966), claro que sus primeras composiciones datan de 1964, entre las cuales se destacan “Tem mais Samba”(1964), “Juca”(1965), y “Meu Refrão”(1965), entre otras, las cuales, no hacen más que dar un fuerte impulso en lo que será la carrera de este genial artista y compositor.
En 1965, Chico lanza su primer compacto simple con los temas como “Pedro Pedreiro” y “Sonho de um carnaval”, el primero de ellos resulta ser un tema lleno de aliteraciones en donde se semeja el sonido del tren que sume y resume las angustias del obrero fabril. Compuesto por sesenta versos, en él se dejan ver resabios de la obra de un Noel Rosa y un cierto lirismo melancólico de aquel que siempre espera que llegue lo mejor, pero que nunca aquello llega a efectuarse, aquella espera, aquella incertidumbre, es pie, engranaje y motor de la denuncia que Chico hará en otros temas, que sin duda, despertarán las adormecidas consciencias de aquellos que día a día viven alienados sin cuestionar aquello que los oprime, los explota, los enjuga y que les ocurre en carne propia. Aquel segundo tema de aquel compacto simple, “Sonho de um carnaval” nos ilumina en torno a aquel carnaval que se vive año a año en Río, y del cual Chico se manifiesta crítico y cuestionador, ya que nos señala que toda aquella belleza vela y revela el engaño y desengaño, aquella belleza multicolor se transforma en el sufrimiento que espera, el deseo de sentirse importante, el sueño del hombre común, la ilusión que finalmente hace caer su manto en este circo de la vida, en esta razón de vivir. Un deseo, una voluntad, u n ansia, mas finalmente la verdad aterradora nos muestra la invariable realidad, volver al día a día, a la miseria, sólo un momento de luz, y un alma perfumada de jazmín. Lo cual sólo deviene en un recuerdo.
De su vasta discografía se deben destacar los discos: “Chico Buarque de Hollanda 1966, Vol. 2 de 1967, Vol.3 de 1968 y N° 4 de 1970, de este último se pueden rescatar temas como “Rosa dos Ventos” entre otros. Aquel mismo año, Chico produjo “Per un pugno di Samba”, con Ennio Morricone, para el sello discográfico RGE en donde se hace una selección retrospectiva, en italiano, de los temas del Chico de aquel entonces. No está de más señalar que para aquel entonces a Chico se lo veía promocionando sus temas en la RAI, no es difícil encontrar en You Tube, un video de por aquel entonces en donde vemos a un joven Chico entonando …. De aquella estadía en Italia Chico incrementó su parcería con Toquinho y se apadrinó con el mismísimo Vinicius de Moraes, compadre de Chico y gran amigo de Tom Jobim, con quien Chico, crearía un vínculo indisoluble, que solo la muerte pudo separar. De este maridaje, surgieron temas como Pois é, (1968), “Retrato em Branco e Preto”, Sabiá”, entre otras.
Agobiados por la dictadura que por aquel entonces se vivía en el Brasil, desde donde a la distancia llegaban los ecos de un Caetano Veloso con su “E Proibido Proibir”, Chico se transformó en el portavoz que plasmó la denuncia en su país y rápidamete se convirtió en el ícono de toda una maraña que logró ser derrocada en las postrimerías de 1984. De entre esos años, Chico compuso una serie de discos , de entre los cuales se destacan:”Construcão”, “Chico & Caetano juntos e ao vivo”, “Chico Canta: Calabar”, este último un proyecto creado para ser representado sobre las tablas con el cineasta Ruy Guerra y que hizo desembolsar miles de dólares a ambos artistas, sólo llegó a convertirse en vinilo, ya que la censura, siempre castradora, vetó la realización completa de la obra, pese a ello, Chico fue capaz de sortear en innumerables oportunidades la censura de la dictadura y fue así que creó alrededor de 1974 a Julinho de Adelaide, compositor desconocido y que logró driblear la censura con temas como “Acorda, Amor” y “Jorge Maravilha”.
Obligado a declarar en más de una ocasión ante la “in-justicia”, Buarque supo seguir veladamente enviando los mensajes entre líneas a aquellos oídos aguzados y siempre alertas que escuchaban sus composiciones, es así como de este periodo podemos destacar temas tan emblemáticos como “Cálice”, en parcería con Gilberto Gil o un clásico ya como es “A pesar de voce”. Es en 1974 cuando lanza “Sinal Fechado”, un homenaje a los compositores de su país y en donde podemos disfrutar sus particulares interpretaciones de temas clásicos del ideario de Brasil.
Su prolífica carrera discográfica nos ha dado más de cuarenta producciones a la fecha, su inagotable fuente de inspiración pasa por diversos temas( social, femenino, romántico, cronista, etc) , del cual Chico es el más cuestionador de su obra. Son ya clásicos “Meus Caros Amigos” de 1976, “Chico Buarque” de 1978, “Vida” de 1980, “Almanaque” de 1981, “Chico Buarque en Español” de 1982, con una impecable traducción del portugués al español por parte del músico y compositor uruguayo Daniel Viglietti. “Chico Buarque” 1984”, “Francisco” de 1987, “Chico Buarque” de 1989, “Paratodos” de 1993, “Uma Palavra” de 1995, “As Cidades” de 1998 y “Carioca” del 2006.
De toda esta gran variedad de músicas, de letras, de poesía, debemos señalar que el común denominador en todas sus obras ha de ser aquello deseo de conjugar la palabra, su ritmo y cadencia con la realidad de su entorno, que se va nutriendo cada +época, a cada momento en donde Francisco nos va acewrcando a aquel camino por el cual va sorteando con pasos de ciegos y nos abre aquellas ciudades sumergidas que el construye en sus sueños, aquellos mundo soñados que nos transportan a los pasajes de una Grecia clásica, o bien al periodo de un Dante, de ahí que la intertextualidad de sus obras, de sus composiciones tengan a veces reminiscencias de un Kavafis, o de otros grandes poetas que de seguro Chico a sabido sacar partido.
PRIMEROS ASEDIOS
En 1966, Francisco Buarque de Hollanda lanzó al mercado su primer disco como solista, cuyo nombre fue “Chico Buarque de Hollanda” de la productora, RGE. En la contra carátula el autor anunciaba: “El samba llega a la gente por caminos largos y extraños...” antes había compuesto la música para la pieza “Muerte y vida Severina”, Aquello no dejó de causarme impresión, algo en aquellas letras, en aquellas melodías, me hacía acercarme a aquella música, en realidad, nunca antes había escuchado la música brasileña y aquel disco, conseguido en una feria del centro capitalino de la ciudad por aquel año de 1992, me fulminó. En realidad no sabría decir con certeza qué había encontrado en aquellos versos que tanto me cautivaron, pero me dejé arrastrar, con la clara seguridad de que estaba ante un descubrimiento que el tiempo debía reconocer. Por aquella década del noventa era dificilísimo encontrar discos de música brasileña, pero bien se las podía uno ingeniar para salir a recorrer las ferias de cachureos en donde más de algunas de estas joyas se podían encontrar en formato de vinilos, arrojados en el suelo. Fue así como poco apoco fui adquiriendo discos (vinilos) de Chico, Caetano Veloso, Tom Jobim, Gilberto Gil y Milton entre otros. Aquel disco había gravitado en mí una profunda impresión y aún no sé qué formula extraña me hizo sucumbir en el bálsamo romántico y social o progresista que escuchaba por aquel entonces.
Mi paso por la universidad colaboró en el encuentro con los amantes del jazz, quienes gustaban del Bossa Nova (cualquier cosa nueva), así pude escuchar, reír, llenarme de nostalgia, sentir la felicidad fugaz de aquellas letras que dejaban plasmadas en mí un resabio de tristeza, y pronto comprendí que me había transformado en un amante de la música brasileña. Lentamente logré juntar un buen número de discos de Chico Buarque, pronto me interesé en su vida, la de aquel mozo que toda suegra del Brasil se disputaba, joven nacido en junio de 1944 un día diecinueve, por lo tanto coincidía conmigo. Un geminiano. Éter, fugacidad, etéreo, lúcido, simple, complejo, bohemio, transformador como su música, un revolucionario. Aquella metamorfosis trastrocó mi vida, fui adquiriendo cada disco y pensando en poder escuchar toda nueva nota surgida de su guitarra. (O Violao) Chico componía por aquella década del noventa con menor profusión, los años buenos, de pasión creativa fueron aquellos de la década del setenta. Ahora el artista se movía entre la literatura y la música, pese a ello, en nuestro país seguía siendo aquella voz, de los circuitos cerrados, aquel timbre y entonación aguardentosa que hablaba de la bohemia carioca, de los malandros y le los pequeños, que no tienen futuro puesto que la sociedad brasileña de aquel entonces estaba más preocupada en vender que en invertir.
Lejos de cerrar mis puertas al vendaval de la poesía buarqueana, me dediqué a recopilar su música, para mí era como el ajedrez, soñaba inclusive con sus músicas, sí, con aquellas que desconocía y que sabía que en cualquier momento podría oír en la radio de algún boliche interpretada por su voz salina y tabacosa.
Chico se cultivó al amparo de una aristocracia bohemia. Ahijado de Vinicius de Moraes, amigo fiel de Tom Jobim, aquella juventud poseía todos los recursos para dictar las nuevas directrices de lo que sería la Nueva Bossa Nova, o como fueron llamados en algún momento el Kinder Bossa Nova. Dentro de las parcerías que él ha forjó se encuentran grandes nombres como el de Djavan, Toquinho, Edu Lobo, Francis Hime y Caetano Veloso, entre otros. Su amplia producción nos hace pensar en un artista completo, ocupado por los problemas que se concentran en Brasil, América Latina y en el orbe entero. Ha sido entrevistado por el chileno Skarmeta, por la televisión francesa, argentina, ha teloneado a Josefine Baker, y ha compartido escenario con muchísimos otros.
Este hijo de la tradición de Noel Rosa se ha ocupado como pocos en mostrar críticamente el desamparo en el cual se ven sumergidas las clases proletarias del Brasil. Las fabelas, los amores de calle, los despechos, la miseria, la belleza de aquella pobreza digna que sabe enderezarse y ponerse de pie y al pie de la batalla en forma digna con sus temas. Aunque en sus últimas producciones lo podamos ver sumido en un tono más contemplativo y distante así como intelectual y crítico, su labor no deja de crear un ambiente que se engrandece en torno a sus dichos y cuestionamientos frente al sistema, ese que quizás el mismo apoyó, puesto que su crítica va desde las dictaduras hasta al propio Lula da Silva amigo personal del artista. El artista para Chico, juega un rol fundamental dentro de la sociedad en la cual se encuentra inmerso ya que lo en él no se puede ni se debe desconocer, pese a su timidez, es el compromiso por rescatar las bellezas que esta sociedad colapsada aún pueda presentar, siempre al amparo de aquellos que la han forjado, es decir, los entes anónimos que nutren todo canto y sucesión de bellezas.